miércoles, 20 de mayo de 2015

NOCUENTO. EL EMPAREDAMIENTO. Juan Josè Bocaranda E


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EL EMPAREDAMIENTO
Juan Josè Bocaranda E

Ya en plena madurez un hombre fue asaltado por una inquietud indefinida. Era como una especie de sed que nada podía calmar. Consultò a varios médicos, pero ninguno acertò en la causa de aquella sorda ansiedad. Una noche fue a la cama antes de lo acostumbrado. Se quedó dormido en breve tiempo. Al amanecer, cuando despertó, se sentía extrañamente cansado, como si hubiese estado caminando durante largas horas. Se sorprediò cuando vio las paredes salpicadas de frases, muchas de ellas inconclusas, como si varias personas se hubiesen convocado para implantar allì los màs diversos pensamientos, extrañas referencias a sucesos desconocidos, surcos y surcos de letras, como una sementera de signos. Algo le dijo que tenìa que escribir, y asì lo hizo. Escribìa y escribìa. Nada podía detenerlo. Historias, poemas, relatos, reflexiones, epístolas imaginarias. Què fue lo que no escribió…
Sin embargo, jamàs pasò por su mente la idea de dar a conocer, ni siquiera a su esposa, aquellos escritos. Era como una tarea secreta, casi como una misión sin destino. Para èl lo fundamental estaba en el deseo de dar salida a una voz interior, de dar curso a la libertad de expresarse. Comprendiò que  escribir es conocerse a sì mismo, pues quien escribe se va sacando cosas del alma, que tenìa escondidas sin saberlo.
No. No escribìa con la idea de publicar.  Es màs: si hubiese pensado en ello, seguramente le hubiese causado terror que otros conocieran sus escritos, estuvieran al tanto de sus ideas, de sus opiniones, de su forma de pensar, de sus falencias, de sus errores. Le temìa, y mucho, a la crìtica, pues ante ella se sentía desnudo y expuesto al  ridículo o a  la diatriba. Sin  embargo, le era absolutamente imposible sustraerse a la necesidad de escribir.
Buscò, entonces, una alternativa a la abstención, una forma de ceder al ansia de escribir y al mismo tiempo evitar que leyeran lo que había escrito. Y se le ocurrió la idea, casi demencial, de “emparedar” la producción, para lo cual construiría un anexo a la casa, con el pretexto de que necesitaba trabajar sin interrupción y sin causar molestias a los demás de la familia, si se le ocurrìa hacerlo durante la noche. Levantarìa, puès, paredes dobles, para encerrar las numerosas cajas llenas de papeles. Sin embargo, le asaltò la pregunta: ¿còmo saber cuàndo dejarìa de escribir, para entonces cerrar definitivamente las paredes? Y en el mar de la duda y de la  angustia se le escapò el tiempo.
Una mañana, cuando la esposa fue a llevarle el café, encontró la luz encendida. Supuso que estaba trabajando, y lo viò sentado, como de costumbre, frente al escritorio. Pero, no respondió a su saludo. Tenìa los ojos abiertos y la mirada fija en una hoja a mediocomenzar. Habìa muerto.
Claro que ni a la mujer ni a los hijos les  interesò aquel montòn de cajas llenas de papeles. Ellos buscaban oro, joyas, dinero, billetes de banco, títulos de valor, documentos de propiedad. Pero, no hallaron nada de eso sino “papeles llenos de cosas inútiles, improductivas”. Y ordenaron a la mujer de servicio que lo recogiera todo, lo metiera en bolsas y lo colocara frente a la casa para que se lo llevara el camión del aseo urbano. Asì sucedió, exactamente. Ni màs ni menos.
La mujer y los hijos se abocaron a repatir la herencia. Decidieron vender la casa. Cuando el futuro dueño fue a conocer el anexo, encontró escrita en unas de las paredes, con pintura roja y caracteres gruesos, esta extraña consigna:
“HAY QUE DAR SALIDA A LA VOZ DEL CORAZÒN. ESO ES LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE. NO ESCRIBIR PARA SER CONOCIDO SINO PARA CONOCERSE”.


lunes, 4 de mayo de 2015

NOCUENTO. EL CERRO. RENACER ECOLÒGICO. Juan Josè Bocaranda E


NOCUENTO
EL CERRO
RENACER ECOLÒGICO
Juan Josè Bocaranda E

El cerro es un trozo de carbòn surgido del fondo de la Tierra. Un esputo de volcán. Su lomo brilla bajo el sol y reverbera como si se estuviese derritiendo, amenazando con inundar al pueblo bajo un arroyo de betùn y lodo.

¿Què mano criminal sembrò la llama?

La sombra permanece acurrucada, allà a lo lejos. Ave negra, zurròn negro. Y proyecta sobre el pueblo un halo de tristeza y muerte. Es como si hubiese agonizado la esperanza.

Pero, amanece una mañana de milagros. Y, en silencio, con el ímpetu silente del misterio, “el àngel vegetal” viene de regreso. Yema de esplendores: nacen los primeros brotes, haciendo titilar los tallos a la luz del sol. Variedad de verdes. Esteras de diversos tonos. Oquedades vibrantes. Lìneas coloridas. Un cuadro de arte. Y aquí y allà, salpicar de chispas. Amarillas, blancas, anaranjadas, azules, rojas y moradas. Todo, todo, como luces sonoras, mientras los flexibles tallos de la briza, coronados de pequeñas flores blancas, son peinados por el viento como obedientes espigas.

Los corazones presienten el alegre retorno de la vida.


Un grupo de “chupitas” (que también llaman colibríes), parece salir en competencia al encuentro de los pericos bulliciosos.

Multitud de insectos voladores, han salido a repatir arcoíris con sus alas cubiertas de polvo brillante, mientras una hojarasca de mariposas azules manchadas de blanco, se da a visitar las flores.

Grupos de campesinos se ven a lo lejos, como abriendo caminos en busca del sol, mientras preparan sus yuntas. 

Es como una fiesta de sombreros lanzados al aire en bailes de colores.

El pueblo renace y la gente siente el canto de una alegría nueva. Porque el cerro, “su cerro”, trozo de esmeralda vegetal, ha regresado, y ahora es un surtidor de clorofila cuyas hebras danzan con la luz del sol.

La noche de ese sábado estallò como una nochebuena. Asì lo sentimos los turistas que nos alojábamos en una posada cuyo frente daba al cerro, ahora verde de alegría, poco antes negro de dolor.


-Es como un niño hermoso –exclamò mi mujer- como un niño hermoso que ha nacido de nuevo.

jueves, 26 de marzo de 2015

NOCUENTO. SATURNINO NARIZÒN TAPADA Y CUERO



NOCUENTO.
SATURNINO NARIZÒN TAPADA Y CUERO
Juan Josè Bocaranda E

Podrìa decirse que se hizo a sì mismo en el sentido màs cabal de la expresión. Porque, de padre y madre absolutamente desconocidos, había sido presentado  en el Registro Civil del pueblo de La Caballa, como “expòsito de esta feligresìa”.

Primero estuvo al cuidado de los pastores que le habían hallado casi agonizante en el fondo de un establo; y, después, bajo la protección de un hombre de muy escasos recursos económicos pero de insondable buena voluntad, quien lo había acogido para compensar la soledad, pues su familia había perecido en la creciente del "Rotundo”, el rìo menos caudaloso y màs traicionero de la región.
Don Sinesio Perdomo lo criò hasta donde le alcanzaron las fuerzas, una madrugada del miércoles santo del año 1577.
Y fue a partir de esas circunstancias cuando comenzó, propiamente, la gran empresa de “hacerse a sì mismo”, que recayó sobre Saturnino cuando cumplìa los diez años de edad.
En cuanto a la còmica rareza de los  apellidos, tal vez convenga este paréntesis: cuando se realizò la presentación del niño, el jefe civil no hallaba què apellidos agregar al nombre de pila que entonces se le ocurrió, Saturnino. Ninguna de las personas presentes allì quiso cederle el apellido. Ni el propio jefe civil, porque podría despertar sospechas en su mujer; ni el secretario, porque proyectaba estudiar para cura; ni el ùnico policía de punto y coma del municipio, porque “se lo prohibía la ley”; ni, finalmente, “el viejo Arenas”, barrendero de la calles del pueblo, porque cruzaba por  una edad en la que ya no podía ni sostener la escoba. Pero, en realidad, es necesario decir que nadie quiso cederle el apellido  para evitar la inclusión en la línea hereditaria.
En medio de aquel silencio incòmodo que  reinò en la oficina tratándose de un niño gimiente y desamparado, por fin se escuchò la propuesta del jefe civil: sièndole inevitable encontrarse con la punta de la nariz, mirase adonde mirase, se inspirò en ella para sugerir como primer apellido “Narizòn”, y asì quedó en constancia.
Pero, por piedad cristiana no era conveniente dejarle sin apellido paterno, porque en esos tiempos si bien no era pecado mortal procrear hijos fuera del matrimonio ni dejarlos fenecer en abandono, sì lo era mentarse como hijo “ilegítimo”. Baldòn que hubiese hecho de la  vida del niño un infierno, ante la Iglesia, ante la sociedad y ante las autoridades civiles y militares.
Asì, pues, le fue asignado el apellido, poco gracioso por cierto, de “Tapada”, porque la mujer del jefe civil padecía de congestiòn nasal crònica; y ello cuadraba con el apellido  “Narizòn”. Como una adivina tuvo un chispazo al ver al niño, vaticinò que sería famoso, por lo que le convenía un apellido largo y sonoro. Alguien propuso que fuera “Cuero”, y Cuero quedó, para perpetua memoria: SATURNINO NARIZÒN TAPADA Y CUERO, quien habrìa de figurar entre los literatos màs leìdos de  en el Siglo de Plata, y a tal punto que Francisco Villegas lo incluirìa en sus “Alabanzas Literarias”.
Tal vez convenga agregar que el pueblo de La Caballa estaba ubicado al pie de la Sierra de la Llorona y que era el único centro que, en mil  leguas a la redonda, contaba con una jefatura civil; una plaza-potrero donde amarraban las bestias los domingos mientras se celebraba la santa misa;   un dispensario donde prestaba servicios un barbero que también ejercía de mèdico, dentista, psiquiatra, partero y profesor universitario; un deàn que oficiaba de obispo cuando lo convocaban de la capital mediante mensajes de texto; finalmente, el “Quinteto Soplasopla”,  conformado solamente por instrumentos de viento. A cargo del Quinteto estaba la retreta que se dejaba escuchar los sàbados por la noche, entre 7 y 8.30, para alboroto de las palomas, los borococos y los murcièlagos, que espantaban a especialmente a las damas. A las 8.30 todos salìan en estampida porque el Padre Trejo aseguraba que a partir de nueve comenzaba el paseo de las ànimas.
El pueblo se expresaba líricamente a través de un poeta afamado, de nombre Torquato Bellacqua, caído, no se sabe cuàndo ni como, de una cigüeña italiana. Bellacqaua se destacarìa, no tanto por sus versos como porque también fungía de”pica-pleitos”, haciendo de las suyas como único gallo de ese corral.
Estos datos, al parecer inùtiles, los consigno para que se compreda la importancia de La Caballa, si se tiene en cuenta la guerra que se armò entre èste y los demás pueblos de la región cuando se hizo famomoso como historiador-juglar nuestro amigo Narizòn Tapada
La contienda la ganó –tenìa que ganarla porque sì- La Caballa, reconocida por la Real Academia de la Historia, indiscutiblemente, como cuna del conspicuo historiador Saturnino Narizòn Tapada y Cuero, tan itinerante como Herodo y tan emérito como Erasmo de Rotterdam.
Muy poco antes de morir, Saturnino tuvo a bien dejar en mis manos un extenso manuscrito, producto de sus correrìas por el mundo, que titulò, simplemente, REPASOS, pues no se atrevió a darle otro nombre, como Crònicas, Anècdotas, Relatos,etc.
Ya en el lecho de muerte, se incorporò y tomàndome por el cuello de la camisa me exigió que  le prometiera publicar los Repasos, por tratarse de su obra màs querida.  Como detesto hacer promesas a los moribundos, porque lo considero un vil chantaje, le respondì que “procurarìa”, si acaso, publicarlos por partes,  como yo lo juzgase conveniente y me viniera en gana…si es que me venía…



martes, 24 de marzo de 2015

LA CÀTEDRA DEL MONO. MANOLUS, EL MONO SILOGIZANTE.




LA CÀTEDRA DEL MONO

MANOLUS, EL MONO SILOGIZANTE

PRIMER ENCUENTRO

INTRODUCCIÒN

Y eso que yo sì creo en Los Derechos Ufanos,  proclamados en 1948 por la Organizaciòn de Naciones Unidas para beneficio de toda la Ufanidad. Y porque creo en esos Derechos, siempre he tenido la esperanza de que se realicen, aunque desgraciadamente no es asì, pues prácticamente casi todo respecto a ellos se reduce a alharacas, promesas, simulaciones, apariencias, engaños y frustraciones. Y si los Derechos no funcionan para los ufanos y  entre los ufanos, vanas esperanzas de que lo hagan para nosotros los monos algún  dìa.

Digo todo esto porque ayer amanecì bastante emberrinchado. Un ufano violento –como casi todos los ufanos- , prepotente (porque se siente políticamente protegido) y, para colmo, descarado, se negó a quitar su carromato de la salida de mi garaje, y por eso tuve ir a la avenida a tomar un taxi, como a diez cuadras de aquì.

Lo peor està en que uno, a quien le sobran fuerzas de mono, podría recurrir a la violencia como el que màs, pero, sin embargo, no lo hace. Porque hay que evitar problemas, y evitando problemas aquí, evitando problemas allà y màs allà y en todas partes, terminamos por acomplejarnos, es decir, por apocarnos, ubicàndonos en una encrucijada: o parecer ciudadanos castrados definitivamente para toda protesta, o ir a la cárcel o al hospital. No sería mayor cuestiòn si uno estuviese soltero. Pero, yo soy mono felizmente casado. Tengo mi  monada, que con amor de mono es lo que màs amo en el mundo: està integrada por mi mona querida, por mis monitos y hasta por   abuemonos que cuidar, Y si uno va a la cárcel, al hospital o al manicomio, ¿quièn verà de ellos? ¿Los vecinos? ¿El gobierno? ¿Los politiqueros? ¿Los hijos de Jehovà? ¿Los amorosos hermanos de Isis? ¿La NASA o la FIFA? O  ¿La Uniòn Europea, que tanto està ayudando a los griegos?

Ahora bien, porque los monos sabemos sacar resultados positivos aun de lo màs negativo, como es eso de los malos vecinos, me despertè con las ideas que les expondrè a continuación.

Los ufanos, que desde Aristòteles  presumen de racionalidad suma y se sienten muy por encima de la animalidad, se encuentran en condiciones de brindar lecciones enjundiosas por cuanto, justamente, están dotados de una inteligencia a toda prueba, Por contraste, nosotros los monos lucimos estúpidos, lo cual, pese a todo, no deja de resultar conveniente pues  facilita las cosas porque ¿quiènes pueden ser mejores alumnos sino los màs ignorantes? De manera que en nuestro caso, ya los ufanos pueden contar con esa garantía.

A esta gran pregunta se agregan otras, como la siguiente: si los monos deseamos beneficiarnos de la racionalidad de los ufanos, ¿còmo lograr que èstos nos impartan sus enseñanzas, si no es a través de una cátedra? Pero,  ¿existen cátedras para monos y estaràn dispuestos de por sì los ufanos a regentarlas? Como la respuesta parece ser negativa pues por lo menos aquí en la selva no se nos ha informado de la existencia de ese tipo de cátedras, he creìdo prudente adelantarme a crearla yo mismo, y será LA CÀTEDRA DEL MONO. Algo asì como una mini-universidad.

Sin embargo, se trata de una “cátedra inversa” “LA CÀTEDRA INVERSA DEL MONO MANOLUS”), porque no està hecha para impartir enseñanzas, para pontificar e inundar de saberes el mundo,  sino para recibirlas;  para que “el sedente”, que serè yo,  reciba en vez de dar. Asì, me sentarè en la cátedra para que los no sedentes, es decir, los ufanos,  me enseñen, beneficiándome asì en lo personal, y beneficiado a los de mi especie, a través de mì. A ver si un dìa feliz los monos, que tanto sabemos de trepar, podemos ascender al primer escalòn evolutivo. Meta que esperamos en proporción a la magnitud de la racionalidad de los ufanos.

Como yo, sentado en esta cátedra, no serè sino un alumno sediento de saber, mi “sed” se manifestarà  en preguntar. Por lo tanto, ruego con la debida anticipación a mis profesores, tener paciencia ante las preguntas que habrè de formularles, necesariamente, y con bastante frecuencia.

Claro està, me considero digno del derecho a expresar como base de la pregunta mis propios planteamientos, que son planteamientos de todos los monos, pues soy su representante, a estos efectos, lo cual afirmo con la humildad propia de nuestra especie.

Ahora bien, que mi cátedra no sea “dativa” sino “receptiva”, no significa  que los monos no hayan de aportar: sì  aportaremos nuestras experiencias, porque  ¿què otra cosa tenemos los monos sino la experiencia del vivir y del sobrevivir? De esta manera –lo digo con lhumildad monacal- habrá una especie de intercambio entre lo que nosotros tengamos la posibilidad de plantear y lo que ustedes tengan la seguridad de brindar.

Debo agregar  que  mi cátedra, aun cuando parezca un tanto “pasiva”, no será, sin embargo, dogmática. Porque si de algo presumimos los monos es de ser inevitablemente críticos, aunque no siempre lo damos a conocer,  pues a veces preferimos el silencio para poder sobrevivir a la brutal estupidez de los dogmas y salvar la vida de los golpes y de la muerte.

En esta forma, con un grito anticipado de rebeldía contra dogmas y fanatismos, finaliza, con la venia de ustedes, este primer encuentro entre inteligencia suma y  bestialidad crasa; entre lo summum y lo infimum; entre sabiondez e ignorancia monàdica.

Hasta pronto. Su alumno, Manolus. 

jueves, 19 de marzo de 2015

“HISTORIA, LEYENDAS Y COSTUMBRES DE LOS PUEBLOS ANTIGUOS”, DE ESTESÌCORO DE EUMEA. Juan Josè Bocaranda E



“HISTORIA, LEYENDAS Y COSTUMBRES
DE LOS PUEBLOS ANTIGUOS”,
DE ESTESÌCORO DE EUMEA.

Juan Josè Bocaranda E

Cedamos la palabra a Estesìcoro:

“Despuès de invocar a la diosa Lìa, que todo lo desenreda y lleva a buen final, voy a describir, brevemente, los rasgos mínimos de una serie de pueblos que hallè en esa región de Asia.

A partir de la Tierra de los Bosques Negros, moran los calìpidas, de estaturas inverosímiles y pasos de siete leguas, que nos recuerdan a los gigantes que, según dicen, fueron los constructores de las grandes pirámides.
Algunos egipcios me comentaron bajo confidencia que los faraones ordenaron la construcción de tan monumentales obras porque sufrìan de elefantiasis, enfermedad hereditaria que les   resultaba imposible ocultar y que tal vez desdecía de su origen  divino…. Un mèdico egipcio  me dijo, casi con la misteriosa voz de los secretos màs ocultos :
-Tienen que haber sido los calìpidas los constructores de esas grandes tumbas.
-¿Por què?
-Porque  eran “guapos pa cargar, pa nada  mas”.

A los calìpidas sigue el pueblo de los alzones, que caminan rastrillando los pies para levantar polvo, pues son adoradores de la madre tierra, con la que desean consubstanciarse a través de los pulmones, ya conquistado el corazón. Viven de la fabricación de adobes, que comercian con los pueblos vecinos y hasta lejanos. Incluso, una vez hallè en unas ruinas de Persia, varios ladrillos que llevaban el sello real de los alzones.

Màs adelante, los neurastones, de perpetuo mal humor, flojera inexplicable y ataques de ansiedad, todo lo cual luce de  sumo interés científico, por lo que reciben visitas frecuentes  de  antropólogos alemanes, psicólogos suizos y cineastas norteamericanos.

Los obiopolìtas, que detestan el agua, pero la beben a grandes sorbos, como en una relación extraña de amor y odio simultáneos. Por supuesto, jamàs se bañan y sòlo utilizan las acequias, las fuentes y los rìos para la agricultura, muy floreciente entre ellos.

Los sinaicas, comedores de mujeres gordas.Tuve oportunidad de conocer los lugares especiales donde asiduos esclavos hambrientos las alimentan a la fuerza, minuto tras minuto, dìa y noche, sin parar. A las pobres víctimas se les nota la tristeza que les causa pensar en el final que les espera en la gran olla.

Los melanclenos. Hombres y mujeres  se retuercen las largas melenas en numerosos moños, de tan venerable adoraciòn, que existen altares consagrados a un dios calvo. Allì cortan las pelucas a los enemigos y las arrojan al fuego, formando piras que alumbran los caminos de la noche.

Los sauròmatas, de andar como de dinosaurios, a los que procuran imitar en el arrebato y en el apetito. Los hay de talla gigantesca, para terror y sojuzgamiento de los màs débiles. Sòlo estos mastododontes están calificados por ejercer cargos políticos, militares y  policiales. Los enclenques como yo están jodidos…

Los hemorrágicos. Casados sòlo entre ellos debido a la carga de prejuicios y xenofobia, su sangre se ha debilitado tanto, que mueren desangrados por causa de una herida, por superficial que parezca. Encontrè muy pocos habitantes en ese lugar, no entiendo por què.

Los pie-de-cabra. Nacen con ese hermoso pie de chivo rupestre, que los llena de orgullo. Cuando los jóvenes están en edad de casarse,  las muchachas permanecen estàticas y a la expectativa. Los pretendientes desfilan  mirándoles, no el rostro, que mantienen oculto, (pues no interesa en modo alguno su belleza o su fealdad), sino  solamente los pies, para hacer la mejor escogencia. Algunas se quedan para vestir santos porque tienen los pies “feos”, es decir, lo que para nosotros son pies normales. Los jóvenes alegan que “asì no van al baile”, y dicen, a la vez, que la pezuña es la mejor garantía de la ausencia de juanetes, que tanto detestan.

Los sismosones. Adoran los terremotos, pues creen que son palpitaciones, eructos y mensajes de los dioses. Les presagian tiempos venturosos, y por eso desean que ocurran con frecuencia, sean cuales sean los daños que provoquen.

Los hèlodos. Adoradores del sol. Jamàs le dan la espalda. Prefieren caminar en retroceso antes que faltar a este precepto. Quien lo quebranta es condenado a morir de insolación en la plaza pública.

Los coxi-coxi, que durante los primeros seis meses del año actúan en forma normal y el resto del año caminan de cabeza y todo lo hacen exactamente al revés. Por ejemplo, duermen durante el dìa y realizan todas sus actividades durante la noche; gritan y maldicen durante todo el tiempo, y jamàs bendicen; hablan cuando no deben y no dan respuesta cuando se les pregunta; desayunan por la noche y almuerzan al amanecer; se roban entre ellos mientras consideran intocables los bienes de los extranjeros. Los hombres llevan a cabo las tareas de las mujeres y èstas las de los hombres, y orinan sentados, a diferencia de las mujeres, que en ese lapso de seis meses orinan de pie donde les dan las ganas, sin ningún miramiento ni distinción social.

Los polkos, que desde muy niños comienzan a ser ejercitados en el arte de mentir. Los màs viejos me dicen que el fin de esta costumbre està en prepararlos para la vida política y en los asuntos del Estado. De esta menera carecen de escrúpulos cuando llevan a efecto todo tipo de engaños y promesas falsas. Se otorgan grandes premios, en concursos callejeros, a quienes mientan màs y con mejor arte. Como los concursos son frecuentes, al finalizar el año existe un inmenso cùmulo de mentirosos, quienes compiten entre ellos para ocupar los cargos públicos, severamente calificados por una Comisiòn nombrada al efecto.

Los ulkos, que se distinguen de todos los anteriores porque cumplen sus necesidades fisiológicas en privado, para lo cual cuentan con instalaciones donde pueden hacerlo con la mayor discreción, libres del asedio de los paparazzi.

Y, finalmente, separados por un desierto que se recorre a lomo de camello en no menos de dos meses, los mesonasones, o “pueblo de los pollos guerreros”, a los cuales atenderemos en otra oportunidad”.


LETANÌA DE MACABRETA PARA POLÌTICOS, GOBERNANTES Y QUIENES PRESUMAN SERLO





MACABRETA

LETANÌA
CONOCIDA, RE-CONOCIDA,
REPETIDA, ARCHIRREPETIDA…
PERO QUE ME DA LA GANA VOLVER A DECIR…

PARA LOS POLITIQUEROS, GOBERNANTES O NO,
 Y PARA QUIENES PRETENDAN O PRESUMAN SERLO:

SONRÌE,
muestra todo el teclado de tu pianola apolillada y, mientras lo haces,
-miente
-engaña
-traiciona
-falsifica
-trama
-sisa
-tortura
-hiere
-mata
-roba
-acumula
-reza
-muèstrate como
--buen ciudadano
--buen esposo
--buen padre
--buen hijo
--buen hermano
--buen amigo

…y sigue SONRIENDO
CON LA RISA DE LA CALAVERA…
HASTA QUE TE SEA SERVIDA LA MORTADELA.

¿A dònde iràs entonces?

Te lo advierto:
el Diablo es implacable con los políticos, porque no telera que otros sean màs políticos que èl.

Tu amiga, que tanto te quiere,


MACABRETA…

martes, 17 de marzo de 2015



DIALOGUILLO NOCTURNAL
DE LOS CUACHICONES
CASOLETA Y CAMBRILLÒN

-¡Què agradable, hermano, recostarse a la luz de la luna, al borde del basurero, para dialogar la sobremesa  después de una cena nutritiva!

-Sì. Es algo que yo jamàs querrìa cambiar por otra forma de vida. Porque, ¿tù has pensado en los beneficios que nos rinde?

-Es verdad. Son momentos que debemos aprovechar al máximo, para sacarle el jugo a la existencia. Porque, si no, ¿a què hemos venido a la Tierra? ¿A vegetar?

-Es lo que yo digo. Que vegeten los inútiles de la vida, los superficiales, los mediocres. No nosotros, pues por algo nos arrojò el destino al tragìn de las experiencias cotidianas, a marchar, como viejos soldados de la guerra fría; y tomar lecciones de esta pequeña escuela de pruebas placenteras.

-Muy  bien lo enfocas, hermano. Como dijo el poeta, hay que agregar lo útil a lo dulce. Por eso, a lo agradable de esta vida debemos sumarle el provecho para la salud.

-Todo clarísimo. Como un amanecer. Lo agradable està en que moramos y vivimos cómodos, a pleno dar. Y lo útil, en que estamos en contacto permanente con la suciedad, es decir, con toda clase de bichos y bacterias, lo cual nos hace inmunes a todas las enfermedades, por lo que no necesitamos médicos ni medicinas.

-¡Un momento, hermano!. Acabas de inspirarme unas ideas que van a revolucionar la ciencia y el mundo. Pero, como “los basureros oyen”,  vamos reducir el volumen a nuestra conversación. Hablemos en voz baja.

-Yo no sirvo  para eso, y tù lo sabes. Mi garganta no se presta para hablar en voz baja. Que lo hagan los conspiradores.

-¡Entonces! ¡Que todo mundo se entere de lo que voy a decirte?

-No, hermano. ¿Se te olvidò que podemos conversar en clave morse?

-Claro que no. Pero eso de poco sirve, porque ahora andan por allì los espias del gobierno y otros espìas que saben del lenguaje morse.

-Pues entonces comuniquémonos en lenguaje telepático, que debe funcionar mucho mejor estando cerca el uno frente al otro, ya que  podemos completar con señas…

-¡Eso sì! Comencemos en lenguaje telepático.

-Como te dije, me acabas de inspirar unas ideas que pueden revolucionar la ciencia y el mundo…Tù dices que estamos en contacto permanente con toda clase de bichos y que estamos inmunizados…

-¿A dònde quieres llegar?

-Muy sencillo. Somos portadores de una sangre a prueba de balas, es decir, a toda prueba de salud. Nuestra sangre vale millones de dólares. Una vacuna con nuestra sangre, puede inmunizar a miles de personas…Somos seres multiplicadores de la salud.

-Muy inteligente tu propuesta. Pero, sumamente peligrosa. Porque o nos matan la industria farmacéutica o la  FIFA, o nos secuestra la OTAN.

-¿La FIFA? ¿Què tiene que ver esto con el  balònpiè?

-Me refiero a la “Federaciòn Internacional de Facultativos Alòpatas”, es decir, a la “Federaciòn Internacional de Mèdicos que no creen en el màs allà”.

-¿Y la OTAN? ¿No està dedicada a la industria de la guerra?

-Me refiero a la “Organizaciòn Tutankamòn”, siglas en copto. Es una organización para la defensa de la memoria de ese faraón egipcio. Su cometido es perseguir a las momias no egipcias.

-Pero, nosotros no somos momias.

-Todavìa. Pero cuando nos chupen toda la sangre para fabricar vacunas, ya veràs còmo quedamos.

-Bueno. Sea como sea. Dejemos ese negocio a otros, pues està lleno de peligros,  y nos arrancarìa de esta vida placentera.

-Es verdad. Ademàs, disfrutemos de los pocos días que nos quedan. Recuerda que somos guachicones viejos y cansados y que al amanecer tenemos que caminar mucho, hasta llegar al litoral, al campo nudista.

-Buena idea. Ojalà tengamos suerte y logremos entrar.

-Sì. Ojalà podamos ver a unas hermosas sandalias en cueros, como el zapatero las trajo al mundo.

-Siquiera mirar, mirar, mirar, para poder admirar…

-Buenas noches…Estoy que boto las costuras de tanto sueño.


-Buenas noches…